1.03.2011

Pronunciamiento Feministas Socialistas

  Encuentro Nacional Feminista 2010: Una oportunidad para la construcción de la organización de las mujeres.
Fracción de mujeres del PRT
Compañeras:
La realización del Encuentro Nacional Feminista en Zacatecas representa una oportunidad para detenernos un momento y avanzar en los diálogos y debates que hagan un balance de la evolución del feminismo, sus problemas, la crítica y autocrítica necesarias frente a esa evolución, pero también para clarificar y contribuir a construir colectivamente estrategias políticas actualizadas para el feminismo, para la lucha en contra de la opresión capitalista y patriarcal.

Expresamos ante el Encuentro algunas ideas y elementos desde la militancia feminista antipatriarcal y al mismo tiempo desde la militancia de izquierda socialista y revolucionaria del anticapitalismo, para contribuir a las necesarias reflexiones colectivas.

La convergencia de diferentes aspectos de la crisis global del capitalismo nos confirma la idea de que estamos ante una crisis económica, ecológica y social sistémica, que al combinarse produce una crisis de civilización1es decir, una crisis que atenta contra las instituciones propias de la propuesta civilizatoria capitalista, vigente a partir de los últimos dos siglos y que ha bastado para amenazar la vida de la especie humana y el ecosistema; un ecocidio que por condición humana -natural-vital-, nos involucra directamente.

La responsabilidad de buena parte de lo que sucede a nivel ecológico es responsabilidad del modo de producción, el modo de producción capitalista que establece relaciones de poder con la naturaleza y con la humanidad de explotación, enajenación, dominación y opresión. Este tipo de producción humana es, hoy por hoy, lesivo, perjudicial, dañino para la vida humana, la vida de la naturaleza, la vida en el planeta. Se hace vigente, por necesario, un proyecto civilizatorio independiente que se proponga desde la afirmación de la vida y su seguridad, un proyecto para nuestra protección que desde nuestra perspectiva pasa por un proceso revolucionario de transformación para y de la humanidad.

La condición de subordinación que tiene la mujer en razón del carácter sexista que prevalece en la actual sociedad capitalista patriarcal, hace que como mujeres antes de la crisis (2007, 2008) viviéramos ya en las condiciones menos favorecidas en términos de justicia, libertad, igualdad, distribución, propiedad, etcétera. Este hecho hace que a partir de la crisis, sea justamente la vida de las mujeres la más afectada en razón de que se profundizan y amplían las agresiones y violaciones que sistemáticamente son reproducidas en las sociedades machistas.

El fraude del 2006 ha usado la llamada "guerra contra el narcotráfico" como medio para tratar de legitimar al ilegítimo gobierno de Calderón. Lo utiliza como recurso para imponer el viejo llamado a "la unidad nacional" frente a un supuesto enemigo externo y decir "o estás conmigo o con el narcotráfico, la delincuencia organizada". Al desplegar esta "guerra" ha militarizado al país y fortalecido los rasgos de un Estado policiaco, violando derechos democráticos, no solo de activistas de la oposición sino en general de la población, abriendo una terrible ola de atropellos y agresiones a derechos de la población por parte de las fuerzas militares y policiacas, muchas veces en complicidad con grupos del narcotráfico y en guerra entre esos diversos grupos. Esta militarización ha costado solo desde el 2006 alrededor de 28 mil asesinatos y más de mil nuevos desaparecidos, presentados como "levantones". La mayoría de los muertos no son producto de un enfrentamiento típico de una guerra, sino ejecuciones a mansalva que luego quieren presentarse como "daños colaterales" o resultado de "fuego cruzado". La mayoría de estas víctimas, además de ser insultados al ser presentados como criminales caídos "en combate" son jóvenes, pobres y nuevamente, mujeres. Como se mantuvo la impunidad en el feminicidio en casos como los de Ciudad Juárez, esa práctica inhumana se ha extendió por todo el país de la mano de la militarización. La militarización ha sido acompañada también con la criminalización de la protesta social y del ejercicio de derechos, reformando incluso leyes para volver legal lo que antes era ilegal. Todo lo anterior para que la oligarquía en el poder, que se ha enriquecido en forma insultante en un país sumido en el desempleo y la pobreza, sostuviera a este gobierno ilegítimo y de derecha. La derecha en el gobierno envalentonada con su estado policiaco quiere imponer su modelo y su pensamiento a sangre y fuego. Aliados con la jerarquía de la Iglesia Católica, con grupos de extrema derecha como el Yunque y Pro Vida, subordinando a su ideología a los partidos con representación parlamentaria, quisieran acabar completamente con el Estado laico, imponer sus concepciones religiosas retrógadas como únicas en una sociedad plural y eliminar antiguos y nuevos derechos conquistados por los trabajadores y en particular por las mujeres. La ofensiva política e ideológica reaccionaria de la derecha (que incluye su concepción de familia, de la vida y del papel de las mujeres) debe ser frenada y derrotada por medio de un amplio e incluyente frente del movimiento de mujeres y del feminismo.

La crisis capitalista está generando una radicalización de diversos sectores sociales, en forma relevante de la clase trabajadora que se moviliza y, en estos movimientos, la presencia de mujeres en muchos casos es mayoritaria. El feminismo no puede estar ausente de las luchas que se están desarrollando. Es urgente superar el desfase, aislamiento y marginación de la propuesta feminista. Es necesario relanzar y recuperar la vocación popular y de izquierda que caracterizó al feminismo al inicio de la “tercera ola” pero que en los últimos 20 años perdió la brújula, debilitando su autonomía como movimiento y viviendo un proceso de institucionalización que le cortó sus raíces populares y generalmente le convirtió en funcional al sistema.

La década de los noventa introdujo muchos cambios para las mujeres, y un impacto para la organización política independiente y autónoma del feminismo. La coincidencia en el tiempo de la caída del Muro de Berlín y la hegemonía del pensamiento y la política neoliberales, afectaron profundamente no solamente a la izquierda socialista sino también al feminismo y en general, a los movimientos políticos y sociales. Aunque en realidad el desfondamiento de la Unión Soviética y su entorno, eran resultado de un abandono de la perspectiva socialista y revolucionaria desde la época de Stalin, el fracaso y derrumbe del régimen burocrático fue identificado como un fracaso del socialismo, lo que dejó en la orfandad y la ausencia de un paradigma emancipatorio a buena parte de la generación intersiglos.

Para el feminismo significó en muchos casos y sectores un alejamiento de la perspectiva socialista de transformación radical de la sociedad a cambio de un programa limitado a “lo posible”, a lo inmediato, a la conquista de cambios necesarios y posibles de las políticas públicas en el marco del Estado burgués actual. Por el otro lado, la hegemonía del pensamiento y la política neoliberal fortaleció y encuadró la perspectiva antes dicha, con el discurso relativo al necesario “adelgazamiento del Estado” que en la práctica ha implicado el abandono de las responsabilidades sociales del Estado.

En ese abandono de las responsabilidades sociales podrían encuadrarse sin embargo, prácticas asistencialistas y de “corresponsabilidad” que institucionalizaba a cuadros y sectores del feminismo, debilitando el desarrollo y la lucha social autónomas del movimiento de mujeres en su reclamo y programa por un mundo nuevo, de una sociedad sin clases, sin opresión, sin exclusión, sin violencia, por derechos, por libertades, por independencia. Este proceso ha ocurrido a la par de las resistencias, los debates y diferenciaciones que incluso nos han polarizado pero que más que atacarnos e insultarnos mutuamente habría que debatir abierta, pero respetuosamente para entender lo ocurrido y tratar de corregir el rumbo. Reencontrar la brújula.

Desde fines de los años ochenta, diversas feministas han analizado la fragmentación del movimiento feminista y el impacto de las conferencias desarrolladas por la ONU en las nuevas conceptualizaciones, estrategias y prácticas. La paradoja entre conquistas para las mujeres y la cooptación e institucionalización del discurso y la práctica feminista por parte del mismo sistema. Pensamos que esto ha ocurrido como parte del abandono, por sectores mayoritarios del feminismo, de la perspectiva de la teoría marxista de transformación social más general, socialista y revolucionaria, que como en cualquier otro caso, mientras no pone en cuestión al sistema capitalista, éste cosifica, convierte en mercancía tus símbolos, tus demandas aisladas, reduciéndote a lo inmediato, a lo posible, a políticas públicas con perspectiva de género dentro de este Estado patriarcal y capitalista y abandonar la perspectiva de poner fin a la opresión de las mujeres, pieza clave de definición del feminismo. 

Ha significado abandonar la utopía del feminismo y del socialismo por el realismo de lo posible de las políticas públicas.

Sectores críticos del feminismo se han expresado sistemáticamente señalando las implicaciones de la fragmentación, la institucionalización, o el abandono del discurso feminista y marxista y la pérdida de la autonomía. Muchas de estas críticas y análisis han sido acertados, señalando problemas reales. El feminismo de la izquierda socialista comparte estas críticas y consideramos que el punto clave de la cooptación e institucionalización del discurso y la práctica feminista es la pérdida de autonomía del movimiento. Pero tampoco es que somos anti-política.

Asumimos el feminismo como un movimiento político, y lo pensamos también como una lucha contra el poder capitalista y patriarcal; cambiar el mundo implica la lucha por otro poder, por un mundo socialista, democrático e incluyente que se opone a toda forma de dominación, explotación y de opresión. Se trata de una concepción feminista, ecosocialista e internacionalista. Por lo que hoy la reflexión de los contenidos del discurso feminista está en la mesa del debate.

Es necesario analizar y hacer el balance de cuál ha sido la trayectoria del feminismo; caracterizar qué es hoy el feminismo. Sólo si tenemos claridad de cuáles son los enfoques y los temas en discusión, podremos construir una nueva perspectiva y estrategias desde la visión de la autonomía. Hay que poner en la mesa de las discusiones, de acuerdos y talleres, el análisis al respecto de Qué es la autonomía.

La evolución del feminismo y de sectores del feminismo y sus estrategias de los últimos 20 años, está estrechamente ligadas a los cambios en el contexto político y en la evolución del pensamiento político de las feministas.

Se convirtió en hegemónico el pensamiento que ubica el aspecto central de la lucha feminista en avanzar en conquistas a través de reformas en la legislación y en el desarrollo de políticas públicas. Esto deriva en un énfasis en la orientación hacia una práctica con un marcado enfoque hacia el ámbito institucional y jurídico. Lógica que permea a un sector hegemónico del feminismo.

No hay que perder la memoria de nuestras luchas; todas las reformas que se han realizado en los últimos años son resultado de la lucha del movimiento feminista y amplio de mujeres. Son conquistas ganadas a pulso. NO tenemos por qué dar gracias a los gobiernos pues esa es SU responsabilidad y parte de la lucha histórica que hemos dado ha sido precisamente para que el Estado tomara en cuenta a las mujeres.

También esto ha traído cambios en la relación con el Estado y con ello una pérdida de la autonomía real de la organización de las mujeres; pues la práctica está viciada con la concepción corporativista hacia las organizaciones sociales. Diversas iniciativas impulsadas por sectores de feministas quedan subsumidas en estas prácticas simbióticas con el gobierno.

Es necesario, si queremos avanzar en el fortalecimiento de la propuesta crítica feminista, señalar que la evolución de distintas corrientes de la izquierda hacia una concepción reformista que se va consolidando y creando una nueva forma de hacer política marcada por las viejas prácticas de la cultura priísta, y el fortalecimiento de una visión pragmática de la política.

Esta evolución y práctica del feminismo ha ido en paralelo a la evolución de la izquierda. No es por casualidad si se recuerda la cercana relación e influencia de la izquierda con el feminismo en sus orígenes. La llegada de partidos de izquierda a la administración de gobiernos en el marco del Estado capitalista, a la elaboración de políticas de “gobernabilidad democrática” que no de ruptura democrática con el Estado capitalista, de “corresponsabilidad” y por tanto de una obsesión electoralista, de obtener más votos y cargos de elección popular a costa de lo que sea (alianzas, el programa, el partido, las candidaturas, las fuentes de financiamiento, todo subordinado a la obtención de votos y cargos de elección popular) para convertir en objetivo la “alternancia en el gobierno” y ya no un programa de transformación radical de la sociedad, ha convertido también a esa izquierda en una izquierda institucionalizada, que es parte funcional del sistema. También desde la década de los 90s, con el derrumbe de la Unión Soviética y la imposición del neoliberalismo, esa concepción y práctica de la izquierda institucionalizada, se hizo hegemónica y colocó en posición minoritaria y marginal a la izquierda socialista y revolucionaria. Es hasta ahora con la crisis del neoliberalismo, que los límites y crisis de la izquierda institucionalizada empiezan también a hacerse evidentes.

El fenómeno anterior no es privativo de México sino un fenómeno que se ha expresado en otros países de América Latina y el mundo. Nosotras, como militantes del PRT (Partido Revolucionario de las y los Trabajadores) reivindicamos una perspectiva socialista y revolucionaria pero también feminista, anticapitalista y antipatriarcal, democrática y antiburocrática, ecosocialista e internacionalista; como ha quedado aprobado en nuestro programa tanto a nivel nacional por los congresos del PRT, como a nivel mundial por los congresos de la IV Internacional. Nuestra contribución al debate es también como parte de las reflexiones realizadas por la IV Internacional que aprobó desde 1979 la incorporación del feminismo a su programa, así como después la perspectiva de lucha del movimiento LGTB.

Hoy está en debate qué es el feminismo y cuáles son sus referencias, hay un proceso histórico que da cuenta de cómo se ha ido perdiendo la autonomía; y por otro lado cómo las políticas y estrategias en muchas casos son marcadas por instancias internacionales; las “agendas” que se asumen e impulsan por lo general son parte también de las políticas internacionales que dictan las conferencias de la ONU.

Se hace necesaria una transformación radical del mundo, que cambie y transforme con voluntad de ruptura y transgresión el status quo que hemos conocido y aprendido, del que somos conscientes. Es necesario hacer y aprender ideas distintas que vayan en sentido de apropiarnos del futuro, en el sentido de decidir sobre el futuro, en el sentido de hacer el futuro que queremos. Reivindicamos como herramienta para esa construcción: la organización independiente y la autonomía de las conciencias. Por todo lo anterior nos pronunciamos:
  • Por la revitalización de una corriente crítica, feminista, autónoma anticapitalista, socialista y antipatriarcal.

  • Por el reconocimiento y el diálogo entre las diferentes expresiones y corrientes políticas e ideológicas del feminismode izquierda.

  • Por el reconocimiento de que las feministas estamos ubicadas en distintas corrientes políticas de la izquierda, en distintos movimientos de resistencia, sociales, sindicales, ambientales y otros.

  • Diseñar estrategias para la autoorganización de las mujeres con una perspectiva que recupere la autonomía para la lucha y la resistencia en contra del capitalismo y el patriarcado.

  • Por la unidad en la acción para enfrentar la ofensiva de la derecha y del pensamiento conservador con base en acuerdos claros y formas democráticas de trabajo.

  • Por un alto a la violencia estructural en contra de las mujeres, de la militarización del país y de la persecución, hostigamiento y abusos en contra de mujeres luchadoras de diversos movimientos sociales y de resistencia.



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Encuentro Nacional Feminista 2010. Memorias.

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