1.03.2011

Pronunciamiento General




Después de 18 años, mil trescientas veintidós mujeres feministas de 30 entidades federativas, nos reunimos en la Ciudad de Zacatecas con el objetivo de reencontrarnos, reconocernos y consensuar nuevas formas de articulación y estrategias que fortalezcan nuestra presencia y participación política. Creemos que el feminismo es una fuerza política imprescindible para entender y construir el país que queremos.

¡Empezamos juntas y seguimos en la marcha!

Como resultado de este Encuentro Consideramos:

Que las mujeres de México experimentamos y confirmamos un continuo agravamiento de la situación social, económica, ambiental, cultural, política, ambiental y de militarización que vive nuestro país. Ésta se manifiesta entre otras formas, por la profundización de la pobreza, la marginación, la exclusión y la expulsión de la población. Clara evidencia de ello, son los altos costos que pagamos las mujeres.

Que en nuestro país crece la desigualdad, la violencia gubernamental, social y de género, la migración y el deterioro del tejido social, que profundizan los problemas estructurales, cancelan y acotan el ejercicio de los derechos humanos.

Que estamos inmersas en un proceso de regreso al autoritarismo. La guerra desatada desde el gobierno ha militarizado el país, criminaliza la protesta social e incrementa la persecución de las defensoras de derechos humanos.

Que las leyes y políticas públicas están permeadas por una visión patriarcal, y su aplicación vulnera los derechos de las mujeres. Se persigue y penaliza el ejercicio libre de las sexualidades y de la reproducción de las mujeres vulnerando el carácter laico del Estado. En particular, nos expresamos contra la definición de los asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o familiares como delitos atenuados por ser considerados del ámbito privado y exigimos su definición política, es decir como feminicidios.

Que el modelo económico y de desarrollo es excluyente, depredador del medio ambiente y responde a los intereses de poderes fácticos. Esta crisis agrava la situación de las mujeres, sobre todo de las más pobres, de las rurales y de las indígenas.

Que es imprescindible reconocer e incorporar en nuestra práctica feminista una ética de trabajo que parta de la aceptación de la diferencia y de las distintas expresiones políticas e ideológicas que hemos generado, con el fin de establecer relaciones de respeto y fomentar la sororidad entre nosotras.

Que los feminismos en México se han enriquecido con el impulso que las mujeres jóvenes e indígenas le han inyectado al movimiento, mismo que reconoce la relevancia de estas nuevas propuestas de trabajo con códigos y lenguajes propios, útiles para identificar las distintas estrategias que nos permitan construir procesos colectivos.

Que la vigencia de los feminismos, tras décadas de denuncia del sistema patriarcal para alcanzar una buena vida para todas las mujeres, enfrenta hoy derechas que aprovechan parte del discurso de derechos humanos y de género para criminalizar a los movimientos que visibilizan el clasismo, el sexismo y el racismo, a la vez que resignifican los discursos tradicionales contra la libertad de las mujeres.

Que el movimiento feminista actual requiere de un nuevo liderazgo que impulse la autonomía crítica y propositiva, la transparencia, el desarrollo sustentable, el uso de las nuevas tecnologías y la incorporación en todas sus acciones, de las exigencias de las feministas jóvenes, transexuales e indígenas.

Y que en la búsqueda de la inclusión de diferentes perspectivas en el mosaico de mujeres que conforma nuestro movimiento, estamos caminando con base en el principio de igualdad para exigir el cumplimiento integral de justicia, desde nuestras posturas, cosmovisiones, definiciones, autodeterminaciones y autonomías. Vamos caminando por el conocimiento y apropiación de todos los derechos enunciados y por enunciar, en la formación de un mundo diferente.

Por todo lo anterior,
Demandamos:

  1. El cese inmediato del estado de sitio que viven las compañeras del municipio autónomo de San Juan Copala por parte de las fuerzas policiacas del Estado de Oaxaca y de las organizaciones paramilitares que se cobijan bajo sus alas.

El retiro de tropas militares y paramilitares de zonas indígenas que reivindican su derecho a la autodeterminación, así como de zonas de nuestro país que, con el pretexto de la “guerra contra el narco”, vulneran los derechos humanos de la ciudadanía.

  1. El reconocimiento de la violencia estructural, institucional, social, comunitaria y familiar contra las mujeres, que se traduce en feminicidio, mismo que debe ser reconocido y tipificado en todo el país.

La aplicación de la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre “Campo Algodonero” con lo que se darán pasos hacia la justicia en casos de Feminicidios en el país.

  1. El respeto al derecho a la autodeterminación reproductiva de las mujeres y al carácter laico del Estado Mexicano, manteniendo tanto las leyes como las políticas públicas separadas de cualquier tipo de ideología o moral que vulnere la ciudadanía de las mujeres.

Alto a la denuncia, persecución y encarcelamiento de mujeres por aborto, sea cual fuere la causa y libertad inmediata a todas las mujeres procesadas o presas por aborto u otro delito que asimilen a éste. Respeto al secreto profesional que el gremio médico debe a sus usuarias y aplicación de todas las causales que permiten el aborto, vigentes en cada entidad federativa, sin restricciones ni obstáculos.


29 de agosto de 2010.


Pronunciamientos Específicos:
 

18.     Pronunciamiento de las Trans en el EFLAC

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Encuentro Nacional Feminista 2010. Memorias.

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